Coordinación entre hospitales: Especialistas del H. Exequiel González Cortes y H. Barros Luco realizan novedosa intervención pediátrica en un adulto
La microtia es una deformidad congénita de la oreja que puede generarse unilateral o bilateralmente y que se da en los primeros meses de gestación y, si bien es una condición principalmente estética, no tratarla oportunamente podría generar problemas de audición en el futuro.
En este contexto, la reconstrucción del pabellón auditivo se realiza generalmente a partir de los once años, puesto que a esta edad el crecimiento de la oreja ha alcanzado su tamaño prácticamente definitivo. “Antes no se hace porque hay poco cartílago para poder realizar la reconstrucción”, dice Loreto Lennon, cirujana pediátrica del Hospital Exequiel González Cortés, quien enfatiza en que tampoco se debe esperar a la adultez total, dado que el cartílago se empieza a osificar.
A pesar de esto, recientemente en el Hospital Barros Luco y en el contexto de una coordinación entre el equipo de Gestión de Lista de Espera Quirúrgica del HBLT y de Cirugía Pediátrica del Hospital Exequiel González Cortés, se llevó a cabo la reconstrucción del pabellón en una paciente de 33 años que reunía todas las condiciones para realizar la intervención. “La cirugía de reconstrucción auricular es una excelente oportunidad para mejorar la apariencia y la forma visual del oído externo”, dice Lennon.
“Es una cirugía difícil y larga, que necesita mucho entrenamiento para que sea exitosa y, obviamente, el paciente tiene que cumplir con cualidades muy importantes para evitar complicaciones. En este caso, la paciente es muy responsable, no tiene comorbilidades, por lo tanto, cumplía las condiciones ideales para hacer una reconstrucción auricular”, señala la especialista.
Por su parte, la Dra. Milvis Fleitas, cirujana plástica y reparadora del Hospital Barros Luco y parte del staff en esta intervención, dijo valorar la oportunidad generada pese a la edad de la paciente. “Este es un logro conjunto, importante y gratificante, pero no sólo para la paciente, quien llevaba mucho tiempo esperando esta reconstrucción auricular, sino también para todo el equipo que participó en una intervención inhabitual en un adulto. Gracias a la logística y las relaciones entre ambos hospitales pudo planificarse y concretarse esta cirugía con éxito”, añade Fleitas.
La técnica
El tratamiento quirúrgico se realiza en dos etapas. En la primera se usan injertos de los cartílagos costales del paciente para realizar un molde para la oreja ausente. Éste, se implanta bajo la piel y queda pegada al cráneo, sin proyección. La segunda etapa del tratamiento consiste en el levantamiento de la oreja para así dar proyección y asimetría, a través de técnicas de rotación de colgajos e injertos de piel.
Y si bien la hospitalización postoperatoria no supera los cuatro días, la rehabilitación en total es larga. “Es una recuperación lenta porque sacamos cuatro cartílagos costales y el dolor a nivel de las costillas es importante. Luego, seis meses después viene una segunda etapa del tratamiento que es elevar el pabellón auricular”, dice la Dra. Lennon, quien agrega que “al mes de realizada la cirugía el o la paciente puede incorporarse a sus actividades cotidianas, manteniendo los cuidados sugeridos. Se debe tener especial atención en cuidar la piel que cubre el cartílago porque si la piel se daña, nosotros perdemos todo el tallado del cartílago y hay que sacarlo”, dice la especialista.
La deformidad congénita es poco frecuente y se estima que existe un caso por cada 6 mil a 10 mil nacimientos en Chile.