• Debido a la afección que el virus ha provocado en mujeres embarazadas, el Servicio de Ginecología y Obstetricia ha debido atender dos partos de urgencia, en la Unidad de Cuidados Intensivos.  
  
  
• El centro asistencial elaboró dos protocolos que norman la forma de actuar de los equipos clínicos, frente a este tipo de situaciones.
  

Durante el año pasado, 120 mujeres embarazadas debieron ser hospitalizadas por Covid-19 en el Hospital Barros Luco, mientras que este año, ya son 30 las gestantes que han arribado al centro asistencial con sintomatología asociada al virus, debiendo ser todas internadas. 15 de ellas, con ventilación mecánica.  

En este contexto y debido a la criticidad de las pacientes, el equipo de Parto y Preparto del Servicio de Ginecología y Obstetricia, ya ha realizado dos cesáreas prematuras, en la UCI. Por ello, el centro asistencial elaboró el primer protocolo, el cual define el momento ideal para interrumpir el embarazo, equilibrando prematurez y riesgo fetal, en el caso de una patología materna grave y en qué casos corresponde hacerlo.

“Además, el protocolo desarrollado por el Servicio de Ginecología y Obstetricia, define la forma a través de la cual se llevará a cabo el parto dependiendo de la condición de salud, el seguimiento que se debe hacer a las pacientes con patologías de base, las dosis de fármacos que se deben aplicar a cada caso y la manera en cómo se resguarda la vida de quien viene en camino”, dice la Dra. Gisella Castiglione, directora del centro asistencial.   

Asimismo, considerando la criticidad de algunas pacientes hospitalizadas en UCI, se elaboró un segundo protocolo que, entre otros aspectos, establece la manera de actuar frente a un parto de emergencia cuando éste deba practicarse fuera de una unidad de Maternidad.

“Para tales efectos, se genera la activación de un Código Naranjo que indica el nombre de la paciente, el diagnóstico y la ubicación dentro del hospital y con ello, la articulación de un equipo multidisciplinario compuesto por dos médicos del equipo tratante, cuatro integrantes del equipo de ginecología y cuatro de neonatología, velando siempre por resguardar las mejores condiciones ambientales para el desarrollo de un procedimiento de emergencia”, dice la Dra. Norma Lorca, jefa de la Unidad de Parto y Preparto.

A dos meses del parto, madre e hija se conocieron

Verónica Salazar fue una de las 30 mujeres que han arribado al Barros Luco con síntomas de Covid-19. Tiene 31 años y esperaba ser vacunada, no obstante, al momento de contagiarse, las gestantes no estaban incluidas en el plan de vacunación ministerial. Con 27 semanas de embarazo, fue intubada y conectada a ventilación mecánica y, a través de un ECMO, su sangre fue oxigenada extracorpóreamente.

“Lo complejo de la situación de Verónica no permitía su traslado a un pabellón de maternidad donde se pudiera llevar a cabo el parto, por lo que, al estar frente a una emergencia y que el objetivo siempre es resguardar la vida tanto de la madre como de la hija en este caso, decidimos realizar la intervención en la UCI, a pesar que no fuera un lugar preparado para llevar a cabo este procedimiento”, dice la Dra. Norma Lorca, jefa de la Unidad de Parto y Preparto del hospital, quien agrega que “fue la situación de Verónica la que nos llevó a la elaboración de ambos protocolos”, asegura.

Mientras Verónica fue trasladada al Hospital del Tórax para continuar con su terapia en ECMO, su hija, Paula Victoria, fue internada en la Unidad de Neonatología. A dos meses del parto, ambas pudieron conocerse.

“Desperté preguntando por mi bebé y ahí me di cuenta quién era, qué día era. En el hospital del Tórax me pusieron fotos de mi hija en la sala, para que yo la fuera conociendo. No me sentí mamá, hasta que la tuve en mis brazos”, dice Verónica Salazar, quien, además hizo un llamado: “Todas las mujeres embarazadas deben vacunarse y que tomen todas las medidas de protección y si no tienen que salir de la casa, no lo hagan”, finalizó.